Con esta entrada me despido de la estancia en el IES Pedro Ibarra de Elche, lugar de donde me llevo un gran recuerdo, tanto del equipo humano que compone el departamento de Tecnología como de toda la experiencia vivida durante estas últimas 8 semanas y sus 139 horas de estancia. Ha sido sin lugar a dudas lo mejor de todo el Máster y desde aquí le doy de nuevo las gracias a Susana Balart (Jefa de departamento), Paco Sánchez, Isabel Martínez y Juan de Dios González (mi tutor), por haber permitido que Marina y yo hayamos podido tener no sólo uno, sino cuatro tutores de los que aprender y compartir tantas cosas, y sobre todo por habernos hecho sentir en todo momento como parte del equipo de Tecnología.
Dicho lo cual, acabo contándoos lo que he hecho durante los dos únicos días de asistencia esta semana. El lunes, por la mañana, estuvimos devolviendo los exámenes corregidos y comunicando las notas finales del trimestre. Realmente fue un momento amargo porque a pesar de haber notas buenas, determinadas alumnas rompieron a llorar al conocer el suspenso. Otros, obviamente, ya se lo esperaban y su reacción fue de indiferencia absoluta. Fue ahí cuando verdaderamente me di cuenta de con quién trabajamos: "personitas" inmaduras a las que hay que educar, y que tienes que estar muy preparado psicológicamente para enfrentarte a ciertas situaciones. Pero bueno, como decía Paco Sánchez: "Quien bien te quiere, te hará llorar". ¡Grandes palabras que no olvidaré!
Por la tarde, asistimos a las evaluaciones de los 4 grupos de 1º de ESO. Allí se reunieron, en diferentes sesiones, todos los profesores de cada grupo con el tutor correspondiente, y siempre había un miembro del equipo directivo, en unos casos Estela (jefa de estudios) y en otros, Juande (director del centro), encargados de cerrar las actas y efectuar el cambio de alguna nota, si así se solicitaba. El tutor iba nombrando cada uno de sus alumnos y se hacía un comentario general o particular del mismo, con el objetivo principal de establecer entre todos posibles estrategias de mejora de cara al tercer trimestre. En mi opinión, era también como una terapia de grupo en la que todos los profesores encontraban apoyo para afrontar determinados problemas con ciertos alumnos.
El jueves asistí a una reunión con la coordinadora de Formación, Mari Aparisi, la que nos comentó cada una de sus funciones, así como la relación con los CEFIRE. También nos habló del procedimiento a seguir mediante el PAF (Programa Anual de Formación), programa por el que se gestiona la aprobación de los posibles cursos de formación de acuerdo a las necesidades reales del personal docente del centro.
Bueno, ¡esto ha sido todo! Ahora sí me despido, no sin antes darle las gracias a Marina Méndez, COMPAÑERA INSUPERABLE en este viaje, porque sin ella nada habría sido igual, y todo ha sido mucho más fácil. Por eso, ¡muchísimas GRACIAS "chunga"!